13 de diciembre de 2013

BUCARAM FERNANDEZ DE KIRCHNER

En oportunidad de ver el acto que se realizó en Plaza de Mayo festejando el 30 aniversario del advenimiento de la democracia permanente, inmediatamente vino a mi mente la figura de Abdala Bucaram, ex Presidente ecuatoriano al cual apodaban "el loco" por sus excentricidades. De ninguna manera quiero asociar la figura de nuestra Presidente con el apodo de Bucaram, habida cuenta que por razones de salud sufrió una operación intracraneana y estuvo en manos de los neurólogos de mayor prestigio, quienes ya la han dado de alta por encontrarla bien y normal, eso sí, no pasó por manos de psicologos, pero dejemoslo allí. Cómo es posible que mientras en el país había graves disturbios incluyendo muertos, la Presidente se encontrara en el palco de la Plaza tocando los timbales, sacudiendo el bongó y como si faltara poco se puso a bailar un ritmo mezcla de candombe y rock. Realmente la actitud de la Presidente me preocupó, pero mas me preocupó ver a miles de jóvenes que festejaban la actitud de la Presidente y bailaban al ritmo que ella les marcaba. Será que parte de las nuevas generaciones este buscando un Bucaram y no nos hayamos dado cuenta?. Puede ser, no hay duda que estamos viviendo una revolución cultural que es mucho mas profunda que los problemas económicos y no reaccionamos. Los hechos lo demuestran y mientras en la vereda de enfrente la dirigencia opositora no asuma que nos gobierna un Partido (FPLV) que no dió explicaciones del dinero del Estado que sacaron de Santa Cruz cuando el matrimonio Kirchner los gobernaba, que jamás cumplieron con un fallo de la Corte Suprema que dictó hace 16 años, que integraron la farándula de Menem mientras le pudieron sacar ventajas, que ni investigaron a Varizat que les tiró encima su 4x4 a una columna de maestros que protestaban en Río Gallegos y mejor no hablar de las tropelías mas recientes, reitero, mientras la oposición no asuma que tiene a ese adversario y plantee sus acciones en ese contexto, pobre de nosotros. Solo es de desear que reaccionen, que esperen de ellos lo peor y que el perdón se los de el Papa, como corresponde, pero no nosotros los ciudadanos.