2 de abril de 2007

2 DE ABRIL- SOCIEDAD, HAGAMONOS CARGO Y GUARDEMOS SILENCIO

La medianoche anterior al 2 de abril me llamó un periodista amigo que en aquel momento trabajaba en el diario El Atlántico, para avisarme que se estaba produciendo el desembarco de las tropas argentinas en Malvinas y me acosté a dormir muy preocupado.
A primera hora de la mañana cuando salí caminando con destino a mi trabajo en la UCIP, veía con sorpresa y confusión pasar coches y gente alborozada con banderas argentinas con destino al centro de la ciudad. Por lo tanto esa mañana mi curiosidad profesional y mi preocupación me hizo cambiar la rutina.
Crucé la Plaza Colon desde la esquina de Arenales y Colón hasta Buenos Aires y Moreno y apresuradamente comencé a realizar zig-zags en la búsqueda de la calle San Martín por donde continué caminando en medio de esa movilización espontánea que convergía hacia Plaza San Martín.
Me sentía un bicho raro que no podía compartir esa algarabía.
Al llegar al pasaje Catedral venía caminando en sentido inverso al mío el hoy Obispo Licenciado Carlos Malfa con quien habíamos compartido el espacio común de nuestra Facultad de Humanidades durante nuestra época de estudios y docencia.
Nos paramos frente a frente, nos miramos, y Carlos con cara de asombro me pregunta:¿"Cacho, vos estás viendo lo que yo veo" ?, allí descubrí que el ánimo de el era igual al mío y me animé a decirle: "Me parece que estamos locos".
Recuerdo que seguimos charlando sobre el tema donde el eje central era: ¿Tenemos conciencia de con quien nos estamos metiendo?.
También recuerdo que le conté el impacto emocional que me produjo la imagen de algo que había vivido días antes junto a mi esposa, con quien después del mediodía dejamos a María Eva un rato en la casa de su abuela cumpliendo con el clásico rito de padres de bebé. Nos fuimos a tomar un café al sol, en la vereda de la confitería donde convergen Independencia y la Costa y de pronto nos conmovió el paso de la caravana del GADA 601 con todos sus pertrechos de guerra con destino a la Base Naval para ser embarcados.
De pronto Carlos y yo nos quedamos en silencio observando el fenómeno que ocurría en la Plaza, hasta que nos despedimos sintiéndosno casi culpables por no poder compartir esa alegría.
La excitación siguió en los días. Mucha gente depositó sus joyas y alhajas en las bolsita que portaban voluntarios que comenzaron a caminar por todo el país.
Como es nuestro hábito, en menos de 24 horas todos eramos expertos de guerra, festejabamos la caida de cada avión inglés como si fuera un gol de Maradona, pero eso sí, los lugares de discusión eran la calle, las cómodas sillas de nuestras oficinas y también la mesa de los restaurantes bien servidos o las mesas de café.
Siguiendo nuestros hábitos, los escépticos comenzamos a escuchar los informativos de radios uruguayas que en general no emitían juicios de valor, porque también la sufrían, pero sí reproducían cables de agencias extranjeras que no se conocían en nuestro país.
Así siguió el desarrollo de la guerra hasta el final ya conocido.
En el mismo momento del rendimiento, tal cual es nuestro estilo pasamos a la depresión y de allí rapidamente a la amnesia selectiva y recurrente. Los muertos y los sobrevivientes de Malvinas, salvo algunas excepciones, los pasamos al archivo del bien gracias.
Por eso hoy he decidido rendirle un homenaje a José Luis del Hierro un muerto marplatense de Malvinas y opté por rescatar de todos los medios gráficos que leí ayer, la carta que le escribe a su familia un día antes de su muerte durante el repliegue, la cual fué dada a conocer por su hermano y la paso a transcribir:
Queridos papá, mamá, Juani y Juanjo:
Perdonen que hace 8 días que no les mandaba nada, pero aquí nos dijeron que no sale ni entra nada. Yo igual voy a intentar mandar una. Sí, me llegó telegrama del 24 de ustedes y de Cristina y también me llegó ayer uno del 29 pero no se entiende nada, no está firmado pero pienso que es de ustedes. La última carta de ustedes de Mar del Plata es del 11/04 y después nada más. Mi última carta es la que les mandé desde el hospital el 29/04 o el 30/04.
Me imagino lo preocupados que ustedes estarán por las últimas noticias. Es cierto que los ingleses están muy cerca, pero a mi puesto de combate les juro no me ha venido ninguno "a visitar" y espero no lo hagan.
Hay que seguir rezando y pidiendo a la Virgen para que esto se arregle en "paz" y se acabe ya.. Cada vez tenemos mas ganas de volver cada uno a su casa sea como sea, ganando o perdiendo, pero volver y pronto. Al final se nos quedó en el tintero el viaje, pobre papá, tanto juntar y organizar y yo le tiré abajo todo, aunque deslindo responsabilidades en el loco de nuestro presidente y su desvelo de grandeza.
Acá todos, pero todos, lo agarraríamos del fundillo de los pantalones y lo pondríamos como nosotros 55 días; en estos pozos. Y yo con él a todos esos patriotas de ciudad que por lo que ustedes dicen allá está minado. Acabé el discurso. Ja. Ja.
Espero yo llegar de esto, antes que la carta, así no los preocupo más con esto, pero es hora que sepan lo que pensamos nosotros de Malvinas.
Bueno, nada más, besos y abrazos para los cuatro, siempre, siempre los tengo en mis pensamientos.
Los quiero mucho.
Chau, José Luis
Como homenaje guardo silencio.
Lic. Abel Ayala - Sociólogo
Mar del Plata - Argentina