Los argentinos siempre fuimos particulares y contradictorios, pero hacía muchas décadas que no nos comportábamos como volvimos a hacerlo. A principios del siglo XX y durante el XIX fuimos muy propensos a instalar y admirar en nuestra sociedad figuras extranjeras a las cuales admirábamos y endiosabamos, cosa que no hacíamos con los propios. A partir del 30 y principalmente del 40 comenzamos a reconocer los nuestros, mas allá de que nos llevó su tiempo hacerlo. Lisandro de la Torre, Marechal, Jauretche, Borges, Cortazar, Cooke, Hernández Arregui, entre otros, fueron algunos de los exponentes que mas allá de las diversas ideas que se tuviera sobre ellos eran reconocidos por adhesión o por rechazo, pero reconocidos al fin
Tan contradictorios somos, que hoy, cuando se habla del proceso militar pareciera que todos pasamon por aguas del Rio Jordan- , olvidando que cuando Galtieri mandó invadir Malvinas, llenamos las plazas de todo el país en muestra de apoyo sin medir las consecuencias de dicho acto y lo que es peor se festejaba cada hundimiento de un barco inglés como se festeja un gol de la selección de futbol y coherente con esto, cuando se ganó el campeonato mundial de futbol en 1978, invadimos la zona del Obelisco y la 9 de Julio y todas las plazas del país para festejar, permitiéndole al proceso el uso del slogan "Los argentinos somos derechos y humanos"
También es cierto que muchos de nuestros grandes hombres han tenido que morir en el destierro, sin ir mas lejos, de los siete que cité precedentemente, tres tuvieron que expirar por última vez fuera de la argentina y no por casualidad.
Favaloro, el hombre argentino olvidado, que compensó aunque mas no sea biologicamente el horror de los más de 10.000 muertos y desaparecidos durante el proceso militar, con haber devuelto millones de vidas humanas del mundo sentenciadas a muerte, a través de la creación de su técnica del by pass, de casualidad cuenta en algunas plazas con su busto, mientras sin haberlo dejado sedimentar por el añejamiento de la historia hoy tenemos escuelas, hospitales, etc, etc llamados Nestor Kirchner.
Extraño comportamiento el nuestro y no tan extraño si convalidamos esa afirmación que consigna que la historia la escriben los vencedores y en la argentina más que en cualquier lado.
Pero extraño comportamiento el que vuelve a repetirse en nuestro país del viejo hábito de que lo importado es mejor, cuando pasamos a intentar imponer a un barroco relator de futbol uruguayo cuyo mérito es haber descubierto el gol...gol...gol...goooooooooooooooool, o le damos relevancia a un ex Juez español que nos aconseja pedirle al Papa la apertura de los archivos del Vaticano, olvidándose que habría que ir primero por la apertura de los mismos aquí en argentina.
Los argentinos siempre encontramos la palabra fragmentadora que nos permite ubicarnos en veredas enfrentadas entre nosotros, llámese: "salvajes unitarios", "cabecitas negras", "gorilas", "oligarcas", "monopolios", " rosismo" "neoliberalimo" -a pesar de que fuimos fanáticos del festival del deme dos en el exterior en la década del 90 -. , etc, etc., y para colmo buscamos un intelectual que nos impregne de mentalidad fragmentadora tal como lo hemos hecho con el argentino Laclau radicado hace mas de 30 años en Inglaterra y que nunca abrió la boca para reivindicar las Malvinas como argentinas.
Los argentinos siempre encontramos la palabra fragmentadora que nos permite ubicarnos en veredas enfrentadas entre nosotros, llámese: "salvajes unitarios", "cabecitas negras", "gorilas", "oligarcas", "monopolios", " rosismo" "neoliberalimo" -a pesar de que fuimos fanáticos del festival del deme dos en el exterior en la década del 90 -. , etc, etc., y para colmo buscamos un intelectual que nos impregne de mentalidad fragmentadora tal como lo hemos hecho con el argentino Laclau radicado hace mas de 30 años en Inglaterra y que nunca abrió la boca para reivindicar las Malvinas como argentinas.
Todo esto nos ha llevado a perder el liderazgo de américa latina que supimos tener, al punto tal de reconocer a Chavez como lider, cuando quienes hemos tenido la suerte de conocer por razones de estudio y trabajo ese país, comprobamos que Venezuela todavía no ha superado la argentina del 45.
Creo que ha llegado la hora de reflexionar e ir dejando de lado lo mas rápido posible la fragmentación para no dejarle a nuestros herederos los peores defectos de nuestra generación y de nuestro pasado, pero que sea en serio, porque si lo vamos a llevar adelante como ocurrió en estos días con las contradicciones y las metamorfosis que vimos por parte de algunos con respecto al Papa, es preferible seguir contradictorios hasta que encontremos el camino a cambio de no ser hipócritas..
