15 de mayo de 2015

FUTBOL PARA TODOS Y TODAS


Lo acontecido ayer en la cancha de Boca no debe sorprender a nadie, diríamos que era de esperar lo ocurrido. Así es como al mundial de Sudafrica 2010 concurrió una delegación de la institucionalizada en ese momento Hinchadas Unidas Argentinas nacida en el año 2009 y que ahora se han disuelto, porque el peso de las barras bravas individuales de cada club han ocupado mas espacio y gozan de los beneficios que ellos empezaron a perder.
Una barra brava en Argentina, es una organización mafiosa que expresa los hábitos y costumbres de una parte de la sociedad, que por desgracia cada vez deja de ser mas pequeña.
Delincuentes por naturaleza, políticos barriales y no tan barriales, las autoridades de clubes y parte de la fuerza pública se han asociado y/o co-conducen a esta tropelía de mafiosos y delincuentes, dándole la explotación de territorios, la reventa de entradas, la explotación de la venta de artículos comestibles dentro de la cancha y lo que es peor, le dejan como zonas liberadas  de calles para que las exploten como estacionamiento privado, además de pagarles pasajes para que viajen a eventos en el exterior.
Lo triste de esto, es que gran parte de la gente que va a la cancha, cuando entran los barras bravas, que como toda pandilla entran aglutinados en un número importante de personas, la concurrencia más pasiva los aplaude tal como si entrara San Martín con sus Granaderos.
Lo mas grave, es que esta conducta de los inmorales y muchas veces asesinos barrabravas y el comportamiento del público más pasivo que los ve como seres normales que están encuadrados dentro de las normas de una sociedad, que nos muestra una parte aberrante de nuestra cultura que a través de una camiseta de futbol endiosamos y veneramos al demonio, poniendo en este caso también la teoría "amigo-enemigo del nazi Karl Schmitt.
Pero lo ocurrido ayer en el campo de juego de la  cancha de Boca muestra otro perfil grave de nuestra cultura y de la pérdida de valores y el estado de anomia en que nos encontramos.
Dejando de lado el acto cuasi criminal de la bomba, vergonzoso fue el tiempo que se demoró en suspender el partido, mientras en la tribuna o desde la tribuna se podrían haber producido hechos desgraciados generados por el contexto, puesto que, si fueron capaces de entrar y hacer explotar una bomba- tal como lo hicieron-, no quiero pensar la cantidad de armas de fuego que habrán entrado los forajidos de la o las barrabravas. Digo la o las barrabravas porque ahora dentro de un club hay mas de una, que se disputan su reconocimiento como si se estuvieran presentando al cargo de Presidente de la República.
Otro hecho triste se evidenció anoche cuando los jugadores de Boca dejaron a la buena de Dios a sus colegas de River para que pudieran salir de la cancha, cuando hubiera correspondido que se retiraran entremezclados para que los bárbaros se abstuviesen de agredirlos.
Otro proceder que entristece y me hace pensar que no se qué mundo les va a tocar vivir a mis nietas, fue aquel que cuando los jugadores de Boca se retiraban de la cancha  aplaudían a los barra bravas que estaban en la tribuna.
Mi pretensión no es atacar a Boca porque  no me animo a decir como se hubieran comportado los de River en igual situación, lo cierto es que lo triste es la tendencia cultural  hacia donde vamos en
camino.
Escuchando las declaraciones del comportamiento explicado por el carapintada Berni acerca de las fuerzas de seguridad, no me explicito porque siento verguenza ajena.
Con respecto a los dirigentes me pregunto: si el "señor" Angelici no hubiera tomado mas precauciones y no hubiera ayudado a resolver las cosas mas rápido si algo parecido hubiera ocurrido en alguno de sus Bingos.
Me pareció bien que los jugadores se pusieran un brazalete negro e hicieran un minuto de silencio por la muerte absurda de un colega, pero después de lo visto me contesto: Cuánta hipocresía se muestra y se demuestra publicamente.
Espero que el Gobierno y la AFA interfieran ante tal hecho de barbarie y tomen las medidas que deban tomar. Mas allá de que las mismas perjudiquen al público que solo gusta del futbol, de una vez por todas se debe actuar para que en esta sociedad donde las víctimas ya han pasado a ser victimarios. Esperemos que este hecho no se diluya en el campo de las conveniencias dentro de unos días, tal como hoy ocurre.



Una barra brava, en Argentina, es una organización mafiosa que realiza